¿Cómo ayudar a mi hijo a dejar el chupete?

Hay muchos consejos contradictorios relacionados con la crianza de nuestros hijos y cuándo éstos deben dejar el chupete no es la excepción. Algunos dicen que lo deberían abandonar a los 12 meses, mientras otros afirman que hay que confiar en que ellos lo dejarán cuando estén listos.

Entre los beneficios de que los bebés usen chupetes se señala que los ayuda a succionar, enseñándoles así a alimentarse, reduce los riesgos de muerte súbita del lactante mientras duerme y hay estudios que indican que, en bebés prematuros, el uso de un chupete ayudaría a tener estadías hospitalarias más cortas.

Sin embargo, también se habla mucho de las desventajas que trae su uso, como los problemas dentales, que están más propensos a contraer enfermedades por la exposición que tiene el chupete a gérmenes y microbios, e incluso se habla del vínculo entre las infecciones del oído y el uso de chupetes.

Considerando todo lo anterior, Baby Lee te deja algunos consejos para tener en cuenta si estás pensando en ayudar a tu hijo a dejar el chupete.  

  1. Confiar en la naturaleza

Que el niño deje el chupete naturalmente es la opción menos estresante para padres e hijos. La mayoría de ellos lo dejan entre los tres y cuatro años. Si no se ve ninguna relación extraña con el chupete, no hay problemas dentales ni para dormir, no debería haber dificultad para que ocurra naturalmente. En algún minuto, tarde o temprano, lo tendrá que abandonar.

  1. El poder de la magia

La magia y la fantasía son parte de la infancia y sin duda pueden ser un buen recurso para que el pequeño renuncie el chupete. Por ejemplo, hablarle del “Hada del Chupete”, que durante la noche se lleva los chupetes que los niños le regalan y a cambio ella deja un pequeño premio. Esta opción puede ser una forma indolora e inclusive divertida para que el niño abandone esa costumbre.

  1. Interviniendo el chupete

Una buena alternativa es hacer cambios en el chupete, agujeros o cortes con tijeras en la punta pueden funcionar para que éste pierda succión y así el niño ya no lo quiera. Es una alternativa más proactiva y funciona muy bien para algunos.

  1. La Ruta larga

Si el niño ocupa el chupete todo el día es ideal reducir su uso solo para cuando se acuesta o tome sus siestas. Cuando se acostumbre a esta nueva modalidad, seguir reduciendo sus horas de uso. Sin duda este es el camino largo en el que los padres deben tener mucha paciencia y empatía con el menor. Hay que considerar que puede ser una transición difícil y debemos estar dispuestos a contenerlos emocional y físicamente.

Se cual sea la opción elegida la clave es hacerlo con amabilidad, confianza y respeto para que los padres y el niño no sienten la ansiedad por el cambio. Confíen en sus instintos de padres y sigan su corazón que sabrá qué camino tomar en estos casos.