¿Cómo establecer límites y dar órdenes a nuestros hijos?

Hay niños que destacan por su obediencia, pero otros que les cuesta un poco más seguir órdenes o comprender los límites de convivencia de nuestra sociedad. Esto genera un trabajo constante para todos los padres, sobre todo en estas semanas de aislamiento, donde cuesta mantener las rutinas y entretener a los más pequeños.

Lo cierto es que cuando vemos que nuestro hijo actúa de manera arriesgada no debemos preocuparnos. La ciencia explica que, hasta los tres años, el cerebro está en una etapa de desarrollo donde tiende a ser más curioso y explorador. Esto en varias ocasiones puede llevarlo a estar frente a situaciones peligrosas. Aquí el desafío es saber cómo enfrentarlas.  

Al respecto, la Psicóloga Infantil, Varinia Signorelli, nos explica que existen límites de tiempo y acción que ya están instalados en nuestra sociedad y es responsabilidad de los padres enseñárselos con tranquilidad y paciencia.

Un ejemplo de esto es cuando vemos que los niños tienden a tirarse al suelo o gritar en lugares públicos. En estos momentos muchos padres pueden molestarse, pero hay que ser comprensivos y tomar en cuenta que ellos no tienen cómo saber lo que está mal o bien. Así “podrán desenvolverse mejor, conociendo el entorno y teniendo consciencia de su actuar”, detalla la psicóloga.

Sobre las órdenes que debemos establecer en el hogar, la experta sugiere lo mismo. A medida que veamos que el niño realiza una actividad riesgosa, como por ejemplo poner los dedos dentro del enchufe o cuando están en la cocina y pueden quemarse o cortarse con algún implemento, hay que hacerles entender que esto no se debe repetir y evitar los castigos o premios cuando faltan o cumplen una orden. Esto hace que se pierda el foco y el menor busque algo a cambio de sus acciones.

Para esto y sobre todo en estas semanas de aislamiento, la clave es tener una actitud de preocupación y recordar la enseñanza con cariño y sin retos. De esta manera afianzaremos nuestra relación, mejoraremos los vínculos y evitaremos berrinches.

En el caso de que no siga la orden y veamos conductas oposicionistas y desafiantes, debemos esperar a que baje su irritabilidad para posteriormente tener una conversación calmada, empática y que demuestre la gravedad de la situación.

Siguiendo estas recomendaciones y teniendo en cuenta que es normal que los niños tiendan a explorar su entorno, podemos asegurarnos que conozcan los límites de nuestra sociedad, acaten órdenes y diferencien lo correcto de lo incorrecto.