Frutas y Verduras para tu bebé

La llegada de un hijo abre un nuevo mundo en la vida de los padres. Su dieta no es la excepción y alrededor de los seis meses empiezan a vivir una nueva etapa.

 

Si tienes un hijo (o más de uno), ya sabrás que hasta alrededor de los seis meses los bebés sólo deben de alimentarse de leche (materna o fórmula). Pasado ese periodo los especialistas recomiendan incorporar ciertos alimentos de manera gradual a la dieta de los niños y qué mejor época te puede tocar para hacerlo que en plena primavera.

 

Durante estos meses contamos con bastantes más alternativas para elegir, pero hay que tener cuidado. Siempre debe ser tu doctor quien te de las pautas para hacer este cambio y debe ser él quien te diga cuándo comenzar y con qué alimentos hacerlo.

 

Aunque parece un cambio muy sencillo, muchos padres tienen dudas como si empezar por las verduras o las frutas, cuáles deberían dejar fuera, si hacer un puré con distintas variedades o sólo de a una, etc.

 

Para que esta nueva etapa no sea tan abrumadora, aquí te dejamos algunos tips que te pueden ayudar:

 

  • Los primeros alimentos sólidos debes dárselos en forma de puré o papilla. Los niños a esa edad todavía no son capaces de deshacer o triturar la comida.

 

  • Cuando empieces a incorporar alimentos, hazlo de a uno y por dos o tres días seguidos, para ver si tu hijo tolera bien ese alimento. Si mezclas varios sabores, no sabrás cuál de ellos le gusta o no, y en el caso de haber alguna reacción alérgica, no podrás identificar cuál de ellos fue.

 

  • Siempre hay que seguir las indicaciones médicas, pero en general las verduras recomendadas al inicio son las papas, el zapallo y las zanahorias. En el caso de las frutas los clásicos son pera, manzana, plátano y naranja.

 

  • La papilla o puré que le des puede ser más o menos líquida (depende de la consistencia que veas que más le agrade a tu hijo), lo importante es que no le agregues aliños (a esa edad los niños no los necesitan) y que no estén ni muy fríos ni muy calientes.

 

  • La cantidad es variable. Puede ser que al principio sólo quieran comer algunas cucharadas y tengas que complementar la comida con una medida de leche mientras se acostumbra a los nuevos sabores de los alimentos.

 

  • Recuerda que puedes congelar las papillas siempre y cuando las hayas preparado con productos frescos. Al descongelar pueden cambiar su textura original.

 

Tener paciencia es clave en este periodo. Para los bebés es un gran cambio que involucra nuevas texturas y sabores (además del destete), por eso es fundamental tomarlo con calma y no frustrarse si al principio te demoras horas en darle la comida.