No se sabe si es por la temperatura, lo tranquilizador del agua o que en ocasiones se relaciona con juego y mimos (muchas veces es el momento de las fotos más divertidas de los pequeños de la casa), pero la hora del baño es para muchos el mejor momento del día (o el más placentero).

 

Al igual que comer o dormir, la hora del baño debe ser todos los días en el mismo horario, para que los niños sepan que hay una rutina establecida (primero se bañan, luego comen, etc.) y con el tiempo esto les permitirá regular horarios.

 

Para incorporar este hábito de manera fácil y segura, aquí les dejamos algunos consejos:

• Antes de meter al niño en la bañera, junta todo lo que necesitas: toalla, jabón y shampoo especial para niños, juguetes, pijama, pañales, etc.

 

• Nunca se debe dejar a un menor solo en la tina.

 

• Siempre es bueno revisar la temperatura del agua porque por algún imprevisto o desperfecto ésta puede estar demasiado caliente o muy fría. Evitar quemaduras es muy fácil, sólo se debemos sumergir nuestra mano por unos segundos antes de meter al niño a la bañera.

 

• Para evitar resbalones y caídas, sobretodo cuando los niños están en la etapa en que quieren hacer las cosas solos, una buena idea es poner gomas y pisos antideslizantes dentro de la tina y en la salida.

 

• Hay niños a lo que no les gusta la hora del baño y para ellos ese momento se convierte en sinónimo de estrés, llanto y mucha tensión. Los motivos pueden ser variados, pero los más comunes son temor al ruido de la llave corriendo, al agua y aunque parezca rebuscado, a ser tragados por el desagüe. Identificar qué es lo que no les agrada y buscar la solución puede transformar esa visión y convertir la hora del baño en el momento más esperado del día.

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