Recomendaciones a la hora de la siesta en los niños

La siesta es una costumbre muy sana en niños, ya que es un excelente reparador natural que aporta enormes beneficios al organismo. Es por esto que, además del sueño nocturno, durante los primeros años de vida se acostumbra a dormir en el día. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no hay una respuesta exacta ni única para definir cuántas horas necesita dormir un niño durante el día debido a que las necesidades de sueño son individuales. Baby Lee te entrega ciertas pautas por edad que dan una idea de lo que necesitan dormir los niños.

En el caso de un recién nacido necesitan dormir alrededor 16 horas al día y lo hacen por periodos de tres a cinco horas. A partir de los seis meses suelen dormir entre 13 y 14 horas total, con 2 o 4 horas de siesta, divididas en dos. Después del año, duermen 12 horas al día con una siesta de entre una hora y media, y tres horas.

Y es que las siestas juegan un papel relevante en el sueño de bebés y niños. Ayudan a evitar que lleguen a un estado de hipercansancio, descansar mejor por la noche, elimina la tensión, reduce la hiperactividad y la ansiedad. Además, según diversos estudios no dormir la siesta en la infancia está asociado a una conducta más impulsiva y a mayor riesgo de depresión y pesadillas.

Pero lo cierto es que a pesar de sus beneficios muchos padres ven la hora de la siesta como un verdadero campo de batalla y aunque no existe un método infalible y cada niño es distinto y único, existen ciertas recomendaciones que se pueden poner en práctica para lograr que el niño duerma la siesta.

Horarios definidos. Al igual que sucede con el sueño nocturno, desde que son pequeños es importante establecer una rutina de siesta, para que puedan diferenciarla del sueño largo nocturno. No hace falta que sea a una hora estricta, pero sí aproximada. Las rutinas le dan al niño la seguridad que necesitan, así sabrá, por ejemplo, que después del almuerzo viene la siesta.

Comodidad y silencio. Es crucial que el niño esté cómodo y relajado, en un ambiente tranquilo. No hace falta un silencio total siempre que los ruidos sean moderados. Si se acostumbra al silencio total, se sobresaltará ante el mínimo ruido.

Activadores. Es importante evitar utilizar juguetes muy activos para que puedan dormirse. Por ejemplo, el uso de artículos electrónicos. Podemos utilizar elementos que el niño relacione con el sueño, como su muñeco favorito, la lectura de un cuento, un masaje o música relajante.

Mantener la calma. No conviene hacer de la siesta una batalla. No es grave que un día no quiera dormir, pero conviene no romper el hábito.

Dale tiempo. Es posible que los niños pequeños lloren antes de encontrar una posición cómoda y quedarse dormido. Por lo mismo es recomendable darles algo de tiempo, sin embargo, si no deja de llorar, acércate para comprobar que esté bien. Es posible que tan solo necesite tu presencia para quedarse dormido.

No a ciertos términos. No llamarla ‘siesta’, no usar pijama ni decir que va a dormir. Si no quiere ir a la cama, puedes flexibilizar y dejar que se instalé en cualquier lado que sea cómodo y seguro. Lo importante es que el niño asocie ese momento con el descanso.

Estas recomendaciones ayudarán a que los más pequeños logren descansar las horas que necesitan y cuando lo necesiten.