Hablemos de chupetes

No todos los niños usan chupete y tampoco hay un momento exacto para decidir si dárselo o no. La decisión de hacerlo corresponde a cada familia y por eso es mejor estar informados antes de hacerlo.

Con la llegada de un niño la lista de cosas que debes tener puede llegar a ser abrumadora. Algunas son para vestir al bebé, otras para entretenerlo, también para su salud, pero sin dudas hay una que ciertamente puede aportar al bienestar de todos en casa: el chupete.

¿Sabías que en inglés se le llama “pacifier” (pacificador)? Así es, una especie de calmante que por momentos llegará a ser el mejor aliado para consolar y entretener a los recién nacidos.

Los hay de un montón de tamaños, materiales y estilos, pero es importante tener en cuenta que el mejor será aquel que el niño prefiera y no porque un niño haya elegido uno, significa que otro menor va a querer el mismo.

Para saber de qué estamos hablando te contamos dos aspectos super importantes para tener en cuenta al momento de comprar uno:

 

  • El tamaño depende de la edad del bebé y para eso están clasificados por grupo etario. Uno muy chico puede resultar incómodo para succionar, mientras que uno muy grande podría causar problemas al respirar.
  • La forma también varía, pero aquí lo que manda es la comodidad.

 

La estructura clásica (conocida como forma de pezón) está conformada por tres partes de distintos materiales cada una, mientras que los chupetes de una sola pieza generalmente son de látex o silicona, siendo los primeros más fáciles de limpiar y los segundos se caracterizan por su suavidad.

Si bien a casi todos los bebés les gusta chupar chupete y se tranquilizan al hacerlo, hay algunos que se demoran un poco más en acostumbrarse a él. Esto puede deberse a distintos factores y los más comunes son el tipo (lo que le gusta a un niño no tiene por qué ser lo mismo que a otro) y el gusto, ya que el sabor al principio no será algo conocido por ellos, por eso la recomendación es untarlo en leche materna o fórmula para que así el bebé lo asocie a algo que le resulte familiar.

Como todo, el uso de chupete tiene algunos pros y contras que se deben evaluar. Dentro de los beneficios más mencionados está el efecto calmante y tranquilizador que tienen, funcionando como una distracción para el menor. Algunos expertos aseguran también que reducen el riesgo de muerte súbita en los primeros meses y otro pro que tienen es que pueden ser desechados en cualquier momento (para muchos ese momento llega cuando el niño empieza a jugar con él y morderlo en vez de chuparlo).

Como parte negativa está la posibilidad de que el uso de chupete interfiera con la lactancia, por eso la recomendación es no introducirlo tempranamente para que así el bebé se acostumbre al pecho materno o la mamadera primero. Otro miedo asociado es que los niños se hagan dependientes a él y también el daño que pueden sufrir en su dentadura si se utilizan de forma prolongada.

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